Debemos tener pensamientos realistas


No siempre pensamos de forma realista debido a que nuestras emociones nos pueden jugar malas pasadas, a una falta de lógica, a la tendencia a la exageración u otros errores de pensamiento. No obstante, el modo de pensar puede cambiarse y mejorarse para hacerlo más realista y lógico.

¿Para qué sirve tener un pensamiento realista?

1. Tu pensamiento ejerce una influencia muy importante en tus emociones. Ante un mismo problema, te sentirás de un modo muy diferente si piensas: “Es horrible, no podré superarlo soy un completo fracaso” que si piensas: “Es malo pero no una tragedia; puedo solucionarlo y voy a empezar ahora mismo”.

Por tanto, el pensamiento realista te ayuda a sentirte mejor.

2. Pensar de forma realista te ayuda a relacionarme mejor con los demás y evitar malentendidos porque interpretarás sus conductas de modos más realistas y tendrás menos tendencia a suponer cosas que no son ciertas.

3. El pensamiento realista te ayuda a relacionarte mejor contigo mismo: no criticarte en exceso, no ser demasiado perfeccionista y no ser demasiado duro contigo mismo.

Qué puedes hacer para pensar de forma más realista


1. Presta atención a tu pensamiento
A veces, no somos totalmente conscientes de nuestro pensamiento sino que somos más conscientes de sus consecuencias. Por ejemplo, si vas caminando por la calle y ves un perro, puedes sentir simpatía o puedes sentir miedo y eres plenamente consciente de la emoción que sientes pero tal vez no te des cuenta de que esa emoción procede de pensamientos como: “Qué perro tan bonito y simpático” o “Seguro que me muerde”. Es decir, a través de tu pensamiento, interpretas de un modo u otro las cosas que ves o que te suceden. Y según lo interpretes de un modo u otro, sentirás una emoción u otra.

Si la interpretación es realista (por ejemplo, el perro es realmente peligroso) harás bien en sentir miedo.

Pero si tu interpretación no es realista (por ejemplo, es un perro inofensivo que ni siquiera se ha fijado en ti), entonces te sentirás mal sin motivo alguno y reaccionarás de un modo inapropiado.

Por tanto, presta atención a lo que pasa por tu cabeza para ser consciente de lo que piensas.


2. Cuestiona tus pensamientos
Como veíamos antes, no siempre vas a pensar de forma realista. Que pienses que ese perro es peligroso no significa que realmente lo sea; que pienses que una persona ha hecho algo a propósito para hacerte daño, no significa que sea verdad; que pienses que eres un incompetente que todo lo hace mal, tampoco significa que sea cierto, etc.

Para saber si un pensamiento es realista, debes cuestionarlo; es decir, someterlo a debate haciéndote preguntas destinadas a determinar su veracidad o falsedad. Por ejemplo, puedes preguntarte:

  • ¿Seguro que esto que pienso es cierto? ¿Puedo estar equivocándome?
  • ¿Qué evidencias tengo que demuestren que esto que pienso es cierto?
  • ¿Qué evidencias tengo que demuestren que NO es cierto?
  • ¿Qué probabilidad hay de que sea cierto?
  • ¿Cómo interpretaría esto otra persona (por ejemplo, un amigo concreto)?
  • ¿Qué interpretaciones alternativas hay? ¿Qué probabilidad hay de que sean ciertas estas otras interpretaciones?
  • ¿Estoy exagerando?
  • ¿Cómo de alta o baja es la probabilidad de que esto suceda?
  • ¿Cuántas veces ha sucedido esto en el pasado?
  • ¿Qué diría un amigo acerca de lo que pienso?
  • ¿Puedo hacer una interpretación realista en base a los datos y evidencias que tengo o necesito más datos?


3. Cambia tu pensamiento
Tras cuestionar tu pensamiento, puede que llegues a la conclusión de que no es del todo realista. Por ejemplo, puedes haberte dado cuenta de que estabas exagerando o cometiendo algún otro error: “No es verdad que yo sea un fracaso y que lo haga mal todo. Hay muchas cosas que hago bien”; “No hay nada en la actitud ni aspecto de ese perro que indique que vaya a morderme, no hay ninguna evidencia”; “La conclusión de que esta persona ha hecho esto a propósito para hacerme daño no tiene por qué ser cierta, puesto que hay otras interpretaciones posibles y no tengo datos suficientes que demuestren que mi interpretación inicial es la verdadera. Necesito más información. Hablaré con esa persona”.

De este modo, cambias tu pensamiento por otro más realista que va a sacarte de muchos líos y ayudarte a controlar tus emociones. Por ejemplo, tras tu miedo inicial al perro, conseguirás calmarte al modificar tu pensamiento y cambiarlo por otro más realista. Así, no solo habrás cambiado tu pensamiento sino también tus reacciones emocionales.


¿Quieres seguir fácilmente nuestras publicaciones?
http://motivacion.about.com/od/pensamiento/fl/El-pensamiento-realista.htm

Comentarios