3 asanas de yoga para los dolores lumbares y de espalda


Aunque para reducir las molestias se recomiendan las posiciones del Triángulo, del Arado y del Pez, en Yoga son importantes las sesiones antes que los ejercicios individuales.

Los dolores lumbares o de espalda, asociados a las malas posturas en el trabajo, también se relacionan con el estrés laboral. Por eso, la práctica del yoga, como ciencia que beneficia las dimensiones física y mental del ser humano, es una buena alternativa para combatirlos.

Un estudio publicado en Archives of Internal Medicine, concluyó que ejercicios de estiramientos clásicos del yoga, como los del Arado, el Triángulo y el Pez, son un poco más benéficos que la fisioterapia, con la que comúnmente se trata a los pacientes con ese tipo de dolencias crónicas.



"Esas tres posturas lo que hacen, básicamente, es estirar la columna, flexibilizar los músculos de la espalda y fortalecerlos; por eso, ayudan con ese tipo de dolores", explicó Gloria Escobar, profesora de la academia Atman Yoga.

Según Escobar, si bien las posiciones de Yoga tienen beneficios particulares, lo ideal es realizar sesiones integrales, pues para practicar esas posiciones se necesita un periodo previo de adaptación.


Para principiantes
Lo ideal, entonces, es tomar un curso para principiantes con una institución certificada, en el que la persona aprenda a controlar su cuerpo para que después realice los ejercicios por su cuenta. "Debe acompañarse con una buena respiración y relajación", dijo Escobar, quien desde hace siete años es profesora certificada por el Centro Internacional de Yoga Sivananda, con sede en La India y otros países.
 
Con la guía del profesor, la idea es que el alumno, en poco tiempo, aprenda a realizar, por su cuenta, los ejercicios. En Atman Yoga los cursos para principiantes constan de ocho clases en el mes -dos por semana-, cada una de las cuales dura hora y media.

“Para llegar a esas posturas, se debe tener un calentamiento previo, una relajación, una forma de respirar y hacerlo muy gradual, porque si de un momento a otro se quiere hacer un Arado o un Triángulo, como se ve en una revista o ilustración, lo más seguro es que el dolor se agudice”, explicó Escobar, quien insistió en que los ejercicios deben ser parte de un conjunto.


Curso básico
En Curso de yoga para principiantes se dice que, para obtener todos los efectos de las posturas, es importante hacer las ásanas o ejercicios en el orden indicado. El sentido de ese orden es porque así se lleva sangre y prana (energía vital) a todos los centros energéticos y órganos vitales del cuerpo.

Se inicia con las posturas superiores, con la parada en la cabeza, y se va bajando a través de las demás. Esto permite que la salud mejore de forma notable, que el cuerpo se rejuvenezca, que se despierten neuronas en el cerebro y, por lo tanto, se activen las capacidades intelectuales y creativas.


Las asanas
Aunque practicarlas por separado, más que beneficios, complica las dolencias, estas son las posiciones que, según el estudio, ayudan a reducir los dolores lumbares o de la espalda:

Postura El Arado (Halasana)

Desde la parada en los hombros (ejercicio previo recomendado) se pasa a la posición del Arado, bajando ambas piernas hacia atrás, dándole el máximo estiramiento a la columna vertebral. Así, se concentran sangre y prana en la región cervical (cuello y hombros) y lumbar (parte baja de la espalda), al activar el sistema nervioso parasimpático, cuya función es la activación de la “respuesta de relajación y reparación en el cuerpo” y, por lo tanto, lo rejuvenece.


Postura del Pez (Matsyasana)
La del Pez. Es la postura que le sigue a la del Arado. La sangre y el prana se concentran en la zona del corazón y pulmones (Anahata chakra), cuello y hombros (paratiroides) y región lumbar. Estimula la glándula pineal, “la glándula maestra del cuerpo”, regulando el sistema hormonal y propiciando la sintonía con los ritmos de la naturaleza. Cura problemas respiratorios, desbloquea la energía y, por lo tanto, disuelve tensiones emocionales.

El Triángulo (Trikonasana)
La del Triángulo es una de las últimas posturas de la secuencia. Provee una flexión lateral de la columna, al darle completa flexibilidad y vitalidad a la misma. Así mismo, completa y amplifica los efectos de la torsión espinal, al ayudar a purificar el cuerpo. Dirige la sangre y el prana (toda la energía que se despierta en la práctica) al Sushumna nadi, el canal energético que conecta con el Atman (nuestra esencia).


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