Y tu cerebro…¿Ha desayunado?


El buen funcionamiento del cerebro depende de una alimentación adecuada.

Al igual que los deportistas de élite deben cuidar especialmente su alimentación y nadie lo duda, los estudiantes también.Imagen

El 20 % de lo que ingerimos, lo consume de forma directa, éste; nuestro órgano motor denominado cerebro. Por ello, esta post persigue que los estudiantes que se enfrentan a diario a los madrugones abandonen hábitos como el de ir al centro educativo sin desayunar, al igual que nunca irían a la cama sin cenar.

Una correcta alimentación resulta un  combustible imprescinidible para nuestra mente y a su vez, tiene un papel relevante en el éxito académico.

Entre los componentes principales, nuestro cerebro necesita:

Omega 3: Es un ácido graso muy importante porque mantiene en buen estado las neuronas, mejora la memoria y la concentración. Se encuentra en: Nueces, almendras y pescados grasos como el salmón, la sardina y el atún.

Zinc: Ayuda a regular la comunicación entre las neuronas. Se encuentra en: pescado, carne de cerdo, cereales integrales y nueces.

Triptófano: Este aminoácido esencial estimula la producción de serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo.  Se encuentra en: frijoles, cereales integrales, lentejas, huevo, semillas de girasol, soja, pescado, pavo, nueces, almendras, avellanas, cacahuetes, plátano y lácteos.

Magnesio: La falta de este mineral provoca cansancio, ansiedad, mal humor e insomnio, pues interviene en el funcionamiento del sistema nervioso central. Se encuentra en: cereales integrales, frutos secos, nueces, almendras, avellanas, chocolate oscuro. Y en menor cantidad, en pescados grasos, espinacas, lácteos, verduras y frutas.

Vitaminas del complejo B: Reducen el estrés y la ansiedad, y mejoran la agilidad mental. Se encuentran en: vegetales de hoja verde, cereales integrales, nueces, huevo, pollo e hígado.

Hierro: Influye en el transporte del oxígeno de las células, claro, incluyendo las neuronas. Se encuentra en: carnes rojas, verduras de hoja verde y frutos secos.

Incluir estos alimentos en tu dieta habitual, ayudará a que tu cerebro funcione de una manera eficiente, haciendo más eficaz tus horas de estudio. Aunque no debemos olvidar que la práctica regular de actividad física y una higiene del sueño adecuada serán dos cómplices más para sacar el mayor provecho posible a nuestra capacidad intelectual.

https://zaidaestevez.wordpress.com/2014/05/23/y-tu-cerebro-ha-desayunado/

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